domingo, 16 de diciembre de 2012

Anarquistas de República Dominicana del siglo XIX



FUE EN LA EXPEDICIÓN DEL FANITA DONDE MERCADO DESEMBARCÓ EN 1898 EN LA PLAYA DE MONTE CRISTI

Andrés Blanco Díaz
Santo Domingo
Para Víctor Manuel Lugo

En los últimos años de la década de 1880 cobraba fuerza el proyecto de construcción del Ferrocarril Central Dominicano que hiciera más rápida y económica la comunicación entre Santiago y Puerto Plata.


Uno de los casos más conocidos en cuanto a opiniones sobre el comunismo, el socialismo y el anarquismo en la República Dominicana, es el de Gregorio Luperon, quien se refiere al asunto en sus escritos y correspondencias.

Por ejemplo, en una carta que le envía al presidente Francisco Gregorio Billini el 20 de enero de 1885, le dice: “…la verdadera libertad de la Patria, de la democracia y de la prensa libre, no es ni puede ser, como no lo soy yo, ni lo seré nunca, partidario de los demagogos, del socialismo, del comunismo y de la anarquía, que se quieren fundar hoy en el país.” Otra carta, también enviada al presidente por Manuel J. Jiménez, hace referencia a los directores y redactores de “La República” y “El Propagandista”, acusándolos de sustentar ideologías cuyo fin era “establecer un nuevo orden de cosas sustituyendo el presente” y cuya esencia constituía “el cólera político”.

La posición del senador López

En 1911, el senador José Ramón López, representante de la provincia Pacificador, sometió al Congreso un “Proyecto de ley de patentes a las lecherías y a los tablajeros” que fue calificado por sus detractores como un “proyecto de reforma anarquista”. En la defensa publicada días des después en el “Listín Diario”, el autor de dicho proyecto hizo su defensa, escudado en el seudónimo de Pancho Acedera: “Pero hombre, ¡qué barbaridades se oyen en estos potreros!...

¿Anarquista?” Y más adelante amplió sus palabras: “Anarquista… Socialista sí es, pero no es socialista agresivo, sino socialista manso económico, que previene de peligrosos estertores del pueblo contra la desenfrenada especulación. El proyecto es el socialismo que ampara al pueblo respecto a los industriales, y a los industriales respecto a sí mismos.”

Manuel de Jesús Mercado

El 2 de junio de 1898 se produjo un desembarco en la playa de Monte Cristi cuya finalidad sacar del poder al presidente Ulises Heureaux.

Ese acto se conoce en la historia dominicana como la expedición del Fanita. Entre los que llegaron en aquella invasión había, por lo menos, un anarquista: Manuel de Jesús Mercado (don Chucho), quien fuera apresado y salvara la vida gracias a la intervención del general José Dolores Pichardo Betancourt. Y debe decirse, además, que el comandante del grupo, el general Agustín F. Morales, estaba muy enterado del accionar de los anarquistas dominicanos en Nueva York, con quienes intercambiaba ideas en las reuniones y conversaciones conspirativas que sostenían en la gran urbe; como también lo estaba el otro cabecilla, Juan Isidro Jimenes.

Los primeros datos que tenemos de Mercado son de 1874, en la reunión preparatoria de la Sociedad Amantes de la Luz. Este encuentro se realizó el 8 de febrero en la residencia de Manuel de Js.

de Peña y Reinoso, en la calle de Traslamar, y participaron, además: Juan Francisco Sánchez, José Joaquín Hungría, Juan Antonio García, Aurelio de Jesús Tavares, Silvestre Guzmán, Alejandro Woss y Gil, Manuel de J. Curiel, Marcos Moreno y Manuel de Jesús Mercado. Ese día fue elegida una comisión redactora del Reglamento de la sociedad, compuesta por Hungría, Woss y Gil y Mercado.

El motivo de la agrupación era, según su presidente Peña y Reinoso, “hacer efectiva la propagación de la luz en la provincia”.

El 24 de mayo de 1874 se reunieron para establecer el primer bufete directivo, y decidieron crear una bibliotec.

El 4 de junio dejaron fundada la sociedad, en la calle del Sol esquina San Luis. En la reunión del 4 de julio aparece Mercado como tesorero ad hoc, y el 13 de septiembre estuvo entre los que dieron apertura a la primera biblioteca pública del país.

Para octubre era secretario, mes en que los socios decidieron crear comisiones que se repartieran por la ciudad de Santiago propagando las ideas de la sociedad y haciendo colectas de fondos para la adquisición de libros para la biblioteca. A Mercado le correspondió formar parte de la comisión que accionaría en la banda sur de la población. También tuvo esa comisión el encargo de seleccionar las obras que se pedirían al extranjero. El 10 de diciembre fue electo secretario.

Otros datos de Mercado

De Manuel de J. Mercado puede decirse, además, que participó en algunos de los movimientos sociales de la década de 1870, al lado de Peña y Reinoso, quien se refería a él como “hijo espiritual mío”. También en la administración del periódico El Eco del Yaque, en 1875, y como cuando ambos estaban exiliados en Santiago de Cuba y fungía como administrador del proyecto de su mentor y guía: “Revista Literaria Dominicense”, en 1894. Residía entonces en la calle San Carlos No.

6 altos de aquella ciudad. En marzo del año anterior, Mercado había participado en la Revolución de los Bimbines, haciendo causa común con Gregorio Luperón, Ignacio María González, Horacio Vásquez, Eugenio Deschamps, Agustín F. Morales, Casimiro N. de Moya, Juan Vicente Flores y Pablo Eliseo López, entre otros.

Nuestro personaje aparece entre los firmantes de la carta del 29 de agosto de 1884 que un grupo de munícipes santiagueros dirigiera al gobernador eclesiástico de la República Dominicana, Mons. Fernando A. de Meriño. Solicitan el nombramiento de Francisco Xavier Billini como cura de la parroquia del Carmen de Santiago, por la muerte de Miguel Quesada. Otros signatarios eran José Manuel Glas, Eugenio Deschamps, Genaro Pérez, Teodoro Gómez y Lorenzo J. Perelló hijo (Puchulo).

Mercado sufrió la represión de la dictadura de su compadre Ulises Heureaux.

Su nombre aparece entre los presos políticos enumerados por Abelardo A. Moscoso en el documento “Los crímenes de Ulises Heureaux o lo que cuesta este pacificador a Santo Domingo”. En tal virtud, guardó prisión en una de las celdas de la Torre del Homenaje. Entre los cientos de nombres que figuran en dicho documento se encuentran muchos de los que integraron el grupo de la famosa juventud del 86: José R.

López, Juan Vicente Flores, Ricardo Limardo, Elizardo Guerrero, Carlos Reynoso, José Eugenio Kunhardt y Agustín F. Morales.

En los últimos años de la década de 1880 cobraba fuerza el proyecto de construcción del Ferrocarril Central Dominicano que hiciera más rápida y económica la comunicación entre Santiago y el Distrito Marítimo de Puerto Plata. En la primera de estas dos ciudades fue creado un comité de apoyo cuyos miembros eran José Dolores Pichardo B., Juan Antonio García, Nicolás Vega, Augusto Espaillat, Ulises Franco Bidó, José Manuel Glas y Manuel de Jesús Mercado.

Otras noticias nos permiten ubicarlo como presidente del Ayuntamiento Municipal de Santiago, en alguna ocasión.

Moscoso y Mercado

Con respecto a la inclusión de Mercado entre los anarquistas dominicanos del siglo XIX, debo remitirme al artículo “¡Mil puñales!”, escrito por Max Henríquez Ureña y publicado en su columna “Desde mi butaca” del “Listín Diario”, el 9 de junio de 1967, bajo el seudónimo de Hatuey. En dicho artículo el autor refiere la participación de Mercado y de Abelardo A. Moscoso en un acto público de los anarquistas, en Nueva York, en el cual se manifiesta el respaldo a la lucha de los exiliados dominicanos contra la dictadura de Lilís. Ese mitin fue presidido por la más importante de las anarquistas en los Estados Unidos: Emma Goldman, contó con una gran asistencia y se celebró en la calle 14. Moscoso y Mercado fueron presentados por el presidente del acto, así: “Nos acompañan esta noche dos compañeros anarquistas de la República Dominicana, que hoy sufre el azote de una de las tiranías más abominables del mundo”. La presencia de los dos dominicanos, quienes ocuparon el sitio de honor, fue celebrada con atronadores aplausos cuando ambos se pusieron de pie, en el centro del escenario.

Una tarea pendiente es determinar si Mercado participó en el acto público con que los anarquistas de Nueva York celebraron la muerte del primer ministro español, Antonio Cánovas del Castillo, a manos del anarquista Michele Angiolillo.

Volveremos a retomar y abundar sobre este asunto cuando tratemos de Abelardo A. Moscoso. Poco tiempo después de aquel encuentro fue que Mercado participó en la ya mencionada expedición del Fanita, En 1907, Mercado vivía en 1907 en la calle La Barranca de su pueblo natal, y falleció en su residencia, el 3 de febrero de 1910.

INFLUENCIA DEL ANAQUISMO

Durante la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, la corriente de pensamiento político del anarquismo tuvo una participación muy   activa en el mundo y, en especial, en muchos lugares del continente americano.

En el caso de la República Dominicana, se sabe que algunos de sus pensadores, escritores y hombres públicos tenían conocimiento de la existencia de esa corriente política, así como de las ideas socialistas y comunistas, debido a los contactos con libros, revistas, periódicos y personas llegadas principalmente de Europa; o a que habían estado allá durante la efervescencia de aquellas luchas ideológicas; casos de Rodríguez Objío y Gregorio Luperón.

Son dos razones por las cuales esos dominicanos solían hacer críticas y comentarios contra quienes eran partidarios del socialismo, del comunismo y del anarquismo; y lo manifestaban en sus escritos y en sus cartas.

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